La portada es, en el ámbito de la arquitectura, el atavío, adorno u ornamento que se realiza en las fachadas principales de un edificio. Puede estar compuesta por columnas, grabados u otros elementos decorativos adosados a la puerta o situados junto a ella, especialmente en construcciones de carácter religioso.
Portada también es la primera página de los periódicos y revistas, y ésta incluye las noticias o artículos más importantes; por lo tanto, representa un objetivo para cualquier persona que busque un gran nivel de exposición para su trabajo. Por otro lado, la portada también es el punto de encuentro de las noticias amarillistas. Veamos algunas oraciones de ejemplo: “Las escandalosas fotos de la cantante aparecieron en las portadas de las principales revistas del mundo”, “La eliminación del seleccionado ocupó las portadas de los periódicos deportivos”.
En el caso de los libros, la portada es la primera plana o la cubierta delantera, donde aparecen el título de la obra y el nombre del autor, y en muchos casos se acompaña de una ilustración relacionada con el contenido.
La portada de un libro resulta esencial para su masificación, dado que es el único elemento visual que lo representa. Los amantes de la lectura no necesitan de una bonita ilustración o de una tipografía impactante para acercarse a un libro, pero el gran volumen de obras literarias que circula en las librerías y bibliotecas de todo el mundo hace que grandes títulos se pierdan en un mar de material de relleno. Para que dichas joyas no se hundan en el olvido, es indispensable tomar las decisiones adecuadas a la hora de construir la portada.
Si bien el sensacionalismo suele funcionar a corto plazo, es importante recordar que esta práctica se basa en cuestiones pasajeras y coyunturales, por lo cual es siempre preferible intentar que la portada de un libro sea fiel a la esencia de la obra, que busque reflejarla con respeto y autenticidad, de manera que se convierta en una parte integral de la misma.